PRIMERA SESIÓN

Hoy ha sido mi primer día como profesora (en prácticas) de instituto. A lo largo de la mañana estaba un poco inquieta, pero me sentía segura de mí misma; este verano había estado dando clases de español en Marruecos y eso ya era tener un poco de experiencia. Hasta aquí bien. Pero cuando vi que sólo faltaba una hora... ¡buf! ¡Qué nervios! ¡La espera se me hizo eterna! Además, yo iba a ser la primera en dar la clase, ¡no tendría ningún referente! Y, por otro lado, parece que ése era el momento idóneo para darme cuenta de que... ¡no tiene nada que ver dar clases de español como lengua extranjera a adultos y dar una clase de ESO!

Por supuesto, cuando entré en clase no sabía ni dónde tenía la cabeza. Repartí los dossiers y empecé la clase siguiendo un guión (¡benditos guiones que nos alumbran en la penumbra!) que me había preparado. Y poco a poco, pasó lo que tenía que pasar: cuando has trabajado tanto en algo con lo que estás entusiasmada, hay un punto en el que la emoción y el entusiasmo vencen al miedo hasta que... hasta que se te olvida el miedo, los nervios y hasta tu nombre. En Marruecos también me pasaba. Pasados los minutos iniciales de toma de contacto, te sumerges en lo que estás haciendo y te olvidas de todo lo demás. Esa sensación es genial, es bonito implicarse al máximo en lo que se hace.

Claro que todo no ha salido perfecto; la perfección no existe, es sólo una aspiración. Podría haber contextualizado más el cuento que hemos pasado como muestra, y no lo hice porque sólo era un ejemplo y el tiempo no me sobraba; podría haber presentado el dossier antes de repartirlo; y podría haber controlado más a los alumnos cuando estaban formando los grupos de trabajo durante los últimos minutos de la clase, porque hubo un par que salieron de clase antes de que sonara el timbre. Podría, podría... Sin embargo, creo que ha salido bastante bien; estoy contenta, porque lo he hecho lo mejor que he podido y porque los alumnos han respondido muy bien. Son tan colaboradores...

Además me ha pasado una cosa graciosa: siempre que me pongo nerviosa me salen una especie de manchas rosadas por el cuello y, al final de la clase, me dice un alumno (que siempre viene a hablar con Marta y conmigo): "Laura, ¿¡qué te pasa en el cuello!? Llevas toda la clase con el cuello colorado!" Y, claro, he tenido que confesarle mis nervios iniciales, aunque no sé si hacía falta, jaja! Eso me ha hecho pensar que... mmmm... debería comprarme algún jersey de cuello alto, sí, creo que lo haré.

Bea me ha felicitado y me ha dicho los puntos débiles, y después nos hemos ido con todos los trastos a la clase de al lado, donde Marta ha dado su clase. También le ha ido genial. Y no sé lo que me ha pasado al salir, pero estaba tan ofuscada mentalmente... Bea y Marta estaban contentísimas y yo, no sé por qué, estaba como con la mente nublada (aunque también estaba satisfecha, claro). Supongo que llevaba toda la mañana como un flan y hasta que no he salido del instituto no he sido consciente de que la primera sensión ya era una cosa hecha y de que... ¡había sido genial!

Otros momentos divertidos: la expectación de las chicas de secretaría, que han visto nuestras caras al entrar y al salir; Bea haciéndonos fotos en clase; y el momento en el que, antes de entrar en clase, nos ha regalado una participación del número de lotería con el que juega el instituto este año, "por si os dais cuenta de que dar clase no es lo vuestro, también hay otras cosas, como ganar la lotería"... (Gracias por el detalle, por la paciencia y la confianza, por poner a nuestro alcance lo que tú has ido aprendiendo... Por todo ello, gracias).

Y continuaremos nuetra segunda sesión el jueves.

Y, POR FIN, LAS ACTIVIDADES ESTÁN LISTAS

¡¡Ya tenemos las actividades preparadas!! ¡Por fin! Durante unos días hemos estado poniendo, quitando y cambiando cosas, pero el dossier ya está listo. Mañana lunes empezaremos a dar nosotras la clase. Yo, 4ºB; Marta, 4ºC. Esta tarde volveré a mirármelo todo para preparame un guión y ¡mañana será el gran día! Estoy un poco inquieta, porque creo que hemos preparado demasiadas cosas para la primera sesión, y no sé si nos va a dar tiempo, ya veremos. La verdad es que hemos trabajado mucho y es gratificante ver cómo todo sigue su curso... Ya os explicaré la experiencia...

VIENTO EN POPA A TODA VELA...

Los días van pasando, y el instituto donde hago las prácticas se ha convertido en un elemento más de mi cotidianeidad diaria: el ruido del timbre, las caras de alumnos y profesores, el desayuno, el olor de la biblioteca... Creo que hasta puede que yo forme ya parte de ese entorno; al principio todos me miraban con extrañeza (normal, no me conocían), pero mi presencia se ha vuelto también un hecho cotidiano para los demás. Y eso es bonito.

Justo en plena crisis del "y ahora ¿qué voy a hacer" parece que se abre una ventana. Me han ofrecido un trabajo para dar clase de español en Marruecos, de cara al curso que viene. Aún no he contestado, tengo tiempo para pensármelo, pero la verdad es que estoy bastante ilusionada con el proyecto. Es la magia de los imprevistos de la que hablaba no hace mucho; algo inesperado que te hace plantearte las cosas desde otro punto de vista. Estoy muy inquieta, pero me siento genial.

Por otro lado, nuestra SD va "viento en popa a toda vela". A pesar de que a veces tenemos la sensación de no avanzar nada y de que nos falta tiempo, empezaremos nuestras clases el viernes. Parece que asusta el no tenerlo todo perfecta y minuciosamente ligado, pero creo que así será más enriquecedor, porque veremos nuestros fallos en la práctica, y no como meras hipótesis teóricas. Hacerlo todo perfecto sería contraproducente, nos interesa equivocarnos y aprender. Bueno, equivocarnos hasta cierto punto. De todas formas, no creo que tengamos errores enormes; Bea nos guía.

Y...¿ AHORA QUÉ?

Nuestra mañana ha sido interesante. Hemos trabajado sobre nuestro proyecto pero, sin duda, lo mejor ha sido la "tutoría" que Bea nos ha hecho a Marta y a mí, respondiendo un poco a los miedos e inquietudes que nos asaltan estos días (no hay más que ver mis anotaciones de ayer). Hemos estado charlando un rato, en una de esas conversaciones que se dilatan en el tiempo sin ni siquiera darnos cuenta. Supongo que es normal que tengamos miedo ante un futuro laboral incierto; cuesta hacerse un huequito. Habrá que ser constante (la constancia es una virtud). Personalmente, me pasé toda la carrera esperando acabar porque creía que todo iba a ser distinto. Desde comprarme un coche hasta apuntarme a un gimnasio, multitud de cosas iban a ser posibles... cuando acabase la carrera. Sin embargo, uno acaba de estudiar, mira a su alrededor, y... ¿ahora qué?. Ve que nada ha cambiado: ni se está más seguro de uno mismo, ni le llueven las ofertas de trabajo ni nada. Hay que seguir luchando, viviendo. ¿Quién no ha sentido nunca miedo ante el futuro abierto, inimaginable? Bea dice que debemos aprender a perderle el miedo al miedo, que en ningún caso beneficia. Nos mira con una actitud maternalista, recordando en voz alta los días en los que era ella la que temía, y nos dice "tranquiiiiiilas, estoy segura de que triunfaréis". Pues nada, entonces toca vivir el momento y reírse del miedo. Es una garantía ver que Bea confía en nosotras, y la pregunta es ¡¿por qué no lo haremos nosotras mismas?!

LA FRESCURA DE LO INESPERADO

Hoy seguimos trabajando. La verdad es que estoy bastante motivada, porque disfruto mucho planificando las actividades según el tiempo y demás, pero a veces la situación me desborda un poco. Supongo que poco a poco las cosas van tomando forma, pero todavía todo está en el aire, por ordenar, y el caos es una cosa que me mata. Es que tengo la sensación de que, cada vez que cambiamos un elemento de nuestro proyecto, se nos mueve tooooodo, y me siento entre arenas movedizas. Quizás el problema sea mío. Pienso que debo de ser demasiado metódica; me encanta tenerlo todo controlado y, obviamente, no me puedo sentir así en un terreno tan nuevo para mí como es el de la enseñanza. Tal vez esa sensación de calma venga de la mano de la experiencia.

La SD tomará forma y cobrará vida en las aulas con más o menos éxito (casi me aterevería a apostar por un éxito seguro, conociendo a los alumnos), pero eso no es lo que más me preocupa. Me planteo cómo seré yo como profesora; yo sola, sin tutora de prácticas ni nada. Sé que lo haré lo mejor que pueda, pero no sé si será suficiente. Además, seamos realistas, no se pueden preparar todas las SD con la dedicación con la que estamos preparando la de ahora. Y ¿qué hay de la predisposición de los alumnos, del grado de implicación, de sus respuestas ante mis propuestas...?

Bueno, supongo que mis temores serán los temores de todo profesor novato, y que luego se irán disipando. Recuerdo que cuando me saqué el carné de conducir me daba un miedo atroz saber que mi profesor de prácticas no iba a mi lado para pisar el freno ni para indicarme nada, pero con el tiempo fui cogiendo soltura y seguridad. Esto debe de ser parecido.

Muy a mi pesar, hay cosas que escapan a mi control. Me encantaría tenerlo todo atado. Así, me sentiría más segura pero, ahora que lo pienso, ¿qué encanto podría tener una vida con todo programado? Después de estos minutos de reflexión, no sé si cambiaría la seguridad que me encanta, el tenerlo todo controlado, por la frescura de lo inesperado... Creo que no...

HACER, DESHACER, REHACER...

Hoy hemos continuado con el tema de la SD. Ha sido divertido, porque Marta y yo quedamos ayer para prepararla y poder entregársela hoy a Bea. La pasamos a ordenador para que todo estuviera más ordenadito y hoy nuestras líneas han quedado... repletas de anotaciones por todos lados, tachaduras, flechas , etc. Menos mal que Bea nos dijo que lo habíamos hecho bien, y que se trata de eso justamente; hacer, deshacer, rehacer... para aprender. Marta y yo fuimos a desayunar algo para coger fuerzas y rehacer nuestra SD. Así que ya tenemos otra propuesta. Nos cuesta distinguir entre Conceptos y Procedimientos, ligar los Procedimientos y las actividades, y el tema de la evaluación lo hemos dejado para otro día. Es mejor ir por partes, aunque la verdad es que empezamos a estresarnos un poco: en dos semanas justas estaremos llevando a cabo nuestro proyecto y (voy a ser sincera) yo quiero tenerlo todo controlado! Y atención: soy consciente de que algo puede salir fuera de lo previsto; no es muy difícil que haya algún imprevisto, no? Y si no, tiempo al tiempo.

SECUENCIA DIDÁCTICA

Ahora tengo una compañera de prácticas del CAP, Marta. Es una chica encantadora, que también tiene su blog. Juntas, aprendemos muchas cosas; además de nuestra observación y las explicaciones de Bea, coversamos mucho sobre lo que vivimos, y nos reímos mucho. Y lo que nos queda, porque ahora ya estamos dando forma a la secuencia didáctica que vamos a planear de manera conjunta. Trabajar en grupo es más enriquecedor.

El "objeto" de nuestra secuencia es una versión sonora de una de las Leyendas de Bécquer. Iba a escribir "tema", y finalmente decidí poner "objeto", porque justamente Bea nos ha estado explicando esta mañana el proceso de planificación de la secuencia y, sin duda, es un término más adecuado. La verdad es que resulta complicado ligar "los objetivos con las actividades y la evaluación de estas actividades, que debe responder a aquellos objetivos"... Buf! Parece un puzle! Marta y yo nos dispusimos a encajarlo todo y... ni siquiera sabíamos por dónde empezar! Una cosa nos llevaba a la otra, que a su vez remitía a otra, y yo tenía la sensación de estar empezando la casa por el tejado... sin ni siquiera saber para qué lado cae el cielo!

Lo cierto es que es una secuencia preciosa: los alumnos deberán pasar la narración a diálogo, con la posibilidad de la presencia de una voz en of, para después registrar su lectura con el Audacity y editarlo con los correspondientes efectos de sonido que se necesiten. ¿Es una secuencia preciosa o no? Marta y yo nos entusiasmamos al oír la propuesta de Bea. Además, este proyecto tendrá una repercusión fuera de las aulas, ya que será enviado al grupo de 4º de una escuela de Barcelona y se colgará en Internet, como PodCast.

Pero, ¡qué de dudas que nos asaltan ahora! Tendremos que explicar estas dos tipologías textuales para que los alumnos tengan una base, ¿no?; hablamos sobre cómo distribuir los grupos, si es mejor que todos los alumnos participen en la adaptación del texto y en la edición o no; intentamos distribuir la secuencia en el tiempo disponible...

Marta y yo nos miramos, con una especie de ilusión nerviosa, y decidimos quedar otro día para mirar con más calma qué objetivos de la programación cumple nuestra secuencia, y repensar todo lo que hemos pensado hoy. Bea nos pidió que no tiráramos los borradores, que estaría bien verlos después, para ver el proceso, y nosotras vamos almacenando hojas con tachones, dibujos que después no sabremos qué significan y ratos que mañana -tal vez pasado- serán recuerdos maravillosos.

SOBRE LAS TIC

Son estos días de reflexión...

Pienso en el uso de las TIC en la enseñanza. No sabía que pudieran ser tan útiles, que podían abrir nuevas estrategias para captar la atención de los alumnos. Supongo que es algo lógico; es un modo de aprovechar el gusto de los jóvenes por las nuevas tecnologías para conseguir su implicación en el proceso de aprendizaje. Si se implican, si se interesan, aprenden.

Incluso aquellos recursos que parece que sólo pueden servir para una clase de corte más tradicional (es decir, exposición pura y dura) como el Power Point, pueden llegar a ser divertidos para todos con un poco de imaginación. Oí una propuesta que vea hacía a una profesora que le pedía consejo sobre qué actividades realizar para un tema de literatura: se puede usar un Power Point con los conceptos básicos que se quieren profundizar del tema para ampliarlo entre todos. "Los alumnos aprenden mucho cuando hacen suyos sus apuntes". Construirían así sus conocimientos. Además, habló de las "cazas del tesoro" y de las "webquests". Por supuesto que yo no sabía nada de eso. A modo introductorio me fue genial. Creo que es un recurso precioso, y parece ser que bastante útil. Quizás use algo de esto para las actividades de la secuencia didáctica quedebo empezar a hacer ya mismo.

Tengo que aprovechar al máximo el tiempo que paso con Bea para aprender recursos; seguramente de cara al año que viene me apuntaré a alguno de sus cursos sobre las TIC. Os los recomiendo...

MISIÓN IMPOSIBLE

4ºA es un grupo menos numeroso que el restop de grupos de 4º. Por supuesto, yo nunca antes había oído hablar de la llamada"atención a la diversidad", ni siquiera Bea me explicópor qué era un grupo distinto. "Ya lo comprobarás tú misma", dijo, justo antes de sonreír de una forma un tanto pícara.

Por fin entramos en clase, y cada uno se colocó en su sitio, con una actitud distraída. Me impresionó la falta de atención, la dificultad de concentración. Para abordar el mismo tema que en los otros grupos (los medios de comunicación), Bea debía utilizar otras estrategias: un diálogo distendido sobre los programas de televisión y radio que ellos siguen, para continuar con la planificación de un proyecto en el que todos se implicaron rápidamente y se entusiasmaron distribuyéndose las funciones. Iban a montar un programa de radio para colgarlo en internet. Los alumnos se sintieron importantes... ¡su obra tendría repercusión más allá de la escuela! Durante estos días han ido realizando el proyecto; todos se han implicado, los resultados serán interesantes.

El grupo acoge una alumna hiperactiva, un alumno con síndrome de Aspergen y más chicos que en los otros grupos hubieran fracasado. Sin embargo, yo he comprobado que en este grupo trabajan (al menos con Bea). Supongo que lo difícil es motivarlos paraque se involucren en el proceso de aprendizaje. Bea toca temas que a ellos les interesan, gesticula generosamente, adapta el tono de su voz al ruido de la clase, les llama la atención... Pero, bajo mi punto de vista, lo que mejor funciona es el refuerzo positivo.

A veces nos olvidamos de que los adolescentes están en una edad difícil, de cambios, y de que muchos, a pesar de que intenten mostrar lo contrario, tienen problemas de autoestima. Y no sólo nos olvidamos de eso, sino que nos encargamos de repetirles todo lo que hacen mal, lo desastres que son. Es algo inconsciente, pero eso no nos exime de culpa a profesores y familiares. Estos días he comprobado los efectos de reconocerles a los chicos sus logros...

En la sala de informática (por supuesto, las nuevas tecnologías siempre presentes), Albert editaba la presentación del programa de radio, poniendo música y efectos a su propio discurso como presentador. Francamente, hacía un buen trabajo. Bea lo felicitó, y algunos compañeros se interesaron por ver los resultados. Albert estaba contento; parecía costarle el tener que salir del aula, aunque casi todos se hubieran ido. Incluso, después de salir, volvió a entrar para decirle a Bea algo sobre la canción que había usado en su montage, la de "Misión imposible".

Una misión imposible sería la de hacer que este grupo se implicara y aprendiera algo usando sólo el método expositivo en clase. He visto que, con estos chicos más que nunca, se necesitan clases activas en las que puedan participar, disfrutar y aprender. Y algo importante: los efectos de lo que yo antes he llamado "refurzo positivo" pueden ser enormes... ¿¡por qué no lo usamos cuando lo merecen!?