MISIÓN IMPOSIBLE

4ºA es un grupo menos numeroso que el restop de grupos de 4º. Por supuesto, yo nunca antes había oído hablar de la llamada"atención a la diversidad", ni siquiera Bea me explicópor qué era un grupo distinto. "Ya lo comprobarás tú misma", dijo, justo antes de sonreír de una forma un tanto pícara.

Por fin entramos en clase, y cada uno se colocó en su sitio, con una actitud distraída. Me impresionó la falta de atención, la dificultad de concentración. Para abordar el mismo tema que en los otros grupos (los medios de comunicación), Bea debía utilizar otras estrategias: un diálogo distendido sobre los programas de televisión y radio que ellos siguen, para continuar con la planificación de un proyecto en el que todos se implicaron rápidamente y se entusiasmaron distribuyéndose las funciones. Iban a montar un programa de radio para colgarlo en internet. Los alumnos se sintieron importantes... ¡su obra tendría repercusión más allá de la escuela! Durante estos días han ido realizando el proyecto; todos se han implicado, los resultados serán interesantes.

El grupo acoge una alumna hiperactiva, un alumno con síndrome de Aspergen y más chicos que en los otros grupos hubieran fracasado. Sin embargo, yo he comprobado que en este grupo trabajan (al menos con Bea). Supongo que lo difícil es motivarlos paraque se involucren en el proceso de aprendizaje. Bea toca temas que a ellos les interesan, gesticula generosamente, adapta el tono de su voz al ruido de la clase, les llama la atención... Pero, bajo mi punto de vista, lo que mejor funciona es el refuerzo positivo.

A veces nos olvidamos de que los adolescentes están en una edad difícil, de cambios, y de que muchos, a pesar de que intenten mostrar lo contrario, tienen problemas de autoestima. Y no sólo nos olvidamos de eso, sino que nos encargamos de repetirles todo lo que hacen mal, lo desastres que son. Es algo inconsciente, pero eso no nos exime de culpa a profesores y familiares. Estos días he comprobado los efectos de reconocerles a los chicos sus logros...

En la sala de informática (por supuesto, las nuevas tecnologías siempre presentes), Albert editaba la presentación del programa de radio, poniendo música y efectos a su propio discurso como presentador. Francamente, hacía un buen trabajo. Bea lo felicitó, y algunos compañeros se interesaron por ver los resultados. Albert estaba contento; parecía costarle el tener que salir del aula, aunque casi todos se hubieran ido. Incluso, después de salir, volvió a entrar para decirle a Bea algo sobre la canción que había usado en su montage, la de "Misión imposible".

Una misión imposible sería la de hacer que este grupo se implicara y aprendiera algo usando sólo el método expositivo en clase. He visto que, con estos chicos más que nunca, se necesitan clases activas en las que puedan participar, disfrutar y aprender. Y algo importante: los efectos de lo que yo antes he llamado "refurzo positivo" pueden ser enormes... ¿¡por qué no lo usamos cuando lo merecen!?